
El Arte de Diseñar Espacios con Alma: El Proyecto del Estudio Joan Gaspar por Twobo
En GTEC nos apasiona la luz y el diseño, por eso queremos compartir contigo una historia donde convergen diseño, arquitectura y creatividad: la transformación del nuevo estudio de Joan Gaspar, diseñada por el estudio de arquitectura Twobo. Un espacio que no solo es funcional, sino que respira historia y sensibilidad artística.
Un diálogo entre diseño y arquitectura
Trabajar con un diseñador como Joan Gaspar es, para Twobo, una experiencia enriquecedora. Ellos nos cuentan que esta relación se basa en la confianza y el lenguaje común, donde conceptos como la escala, la composición y la textura no necesitan explicación. Joan apuesta con pasión por sus proyectos y mantiene una comunicación constante, casi diaria, lo que convierte cada obra en un proceso colaborativo a varias manos, lleno de giros inesperados y decisiones creativas, como el uso de maderas recicladas del antiguo showroom de Marset en Barcelona.
Respetar la historia para crear futuro
El espacio antes de la intervención era un semisótano con una planta irregular y una atmósfera casi mágica, oculta bajo superficies crudas de piedra, ladrillo y hormigón. Para Twobo era fundamental respetar esa esencia sin apagarla ni eliminar lo que el tiempo había dejado. Por eso, optaron por dejar las paredes originales sin cubrir, permitiendo que “respiren” y dialoguen con los elementos nuevos. Un ejemplo es la inteligente solución para los problemas de humedad: construir “alfombras” rectangulares de madera que no tocan las paredes pero encapsulan el espacio.
Esta mezcla entre regularidad e irregularidad, lo viejo y lo nuevo, está impregnada de referentes culturales, como un sutil homenaje a la cultura japonesa en la forma de transitar entre espacios, y a un famoso cuadro renacentista de Antonello da Messina que inspiró la sensación de “una casa dentro de otra” en la estructura del estudio.
La luz como protagonista
En este proyecto, la iluminación también tiene un papel estelar. Lejos de buscar una luz uniforme, el equipo describe el espacio con un gradiente luminoso, una transición de luz a oscuridad, casi como en una cueva. La luz natural entra solo por una fachada, mientras que la artificial es versátil y fácilmente ajustable, haciendo que el estudio funcione como un verdadero taller de pruebas y experimentación.
La luz no es solo funcional ni únicamente decorativa; es un habitante más del espacio que acompaña y define su carácter, cambiando según la necesidad y el momento, aportando vida y personalidad.
Un espacio que inspira el trabajo creativo
Entre las “alfombras” de madera, la sensación de haber saltado a otro tiempo y la textura de las paredes originales que dejan una huella visible, el estudio invita a la reflexión y la creatividad. Para los arquitectos, este lugar es ese punto donde la luz y el polvo conviven en armonía, un espacio que estimula el pensamiento y la experimentación, un verdadero refugio para la inspiración.
En GTEC creemos que la iluminación es el corazón que da vida a cualquier espacio. Si quieres que tu proyecto refleje tu esencia y proyecte tu historia con luz, estamos listos para acompañarte.